La primera anotación del encuentro entre Cowboys y Rams llegó cuando quedaban menos de dos minutos en el primer cuarto; era 3era y 10 para los Cowboys en la yarda 19 de sus rivales cuando Dak Prescott encontró entre líneas al veteranísimo Jason Witten para que este anotara el touchdown número 72 de su larga carrera, quedando así a tan solo 1 de igualar el récord histórico del equipo sostenido actualmente por Dez Bryant.
El pase de Prescott fue muy bueno, pero la reacción de Witten fue lo que se llevaría los reflectores. El ex-retirado atrapó el pase a una mano mientras realizaba un giro para quitarse al defensivo de encima; una de las mejores atrapadas de su carrera, y vaya que eso es mucho que decir.
Luego de semejante atrapada, sería lógico pensar que la adrenalina que recorría en su cuerpo fue lo que lo impulsó a hacer algo que nunca había hecho en sus 16 años que lleva jugando en la NFL. Tras la anotación, Witten azotaría el ovoide contra el césped artificial del AT&T Stadium con fuerza desmedida en lo que se le conoce en la jerga inglesa como un “spike”.
?CROSSING@JasonWitten with the TD ?#LARvsDAL | #DallasCowboys pic.twitter.com/XFAJmwS1Ka
— Dallas Cowboys (@dallascowboys) December 15, 2019
A diferencia de la NCAA donde realizar un “spike” luego de una anotación conlleva a un castigo por conducta antideportiva, en la NFL esta es una celebración típica entre los jugadores. “Spiking the ball” no es una acción catalogada como celebración excesiva, esto siempre y cuando el rebote del balón no golpee a un jugador contrario.
A pesar de no ser ilegal ni mal visto, Jason Witten afirma nunca haber sido de hacer ese tipo de cosas y que tendrá que “llamar al abuelo y pedirle disculpas, ya que probablemente no esté muy contento por lo que hice”.
Jason Witten: "I think that's my first touchdown spike in 16 years. I've never been one to do that. I'll have to call and apologize to my granddad. He probably won't be very pleased." #cowboyswire
— Rob Phillips (@robphillips3) December 16, 2019
Witten terminaría liderando la ofensiva aérea de los Cowboys con cuatro recepciones pare 36 yardas, en un día relativamente tranquilo para los receptores, ya que fue el juego terrestre el encargado de dominar a los Rams con 248 yardas y tres anotaciones entre Ezekiel Elliott y Tony Pollard.
Cómo mis Vaqueros no hay dos. Super Cowboy de corazón.
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