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Se cumplen 24 años desde la última aparición de los Cowboys en el Super Bowl

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En vísperas del Super Bowl LIV entre Chiefs y 49ers que tendrá lugar el día de hoy 02 de febrero, daremos un paseo por la historia vaquera; pero más específicamente a lo que sería la última aparición de La Estrella en el juego que paraliza a los Estados Unidos y a los fanáticos del fútbol americano al rededor del mundo.

El Super Bowl XXX disputado en el Sun Devil Stadium en Tempe, Arizona, tenía a un lado del campo a los campeones de la NFC, los Dallas Cowboys quienes llegarían a dicho encuentro con récord de 14-4, y por el otro lado a los campeones de la AFC, los Pittsburgh Steelers quienes llegaron con marca de 13-5.

Ambos equipos llegaban al Super Bowl XXX con cuatro títulos en su haber, y con la posibilidad de empatar a los San Francisco 49ers por el récord de más títulos de Super Tazón, que para entonces era de cinco.

Los Steelers estarían disputando el quinto Super Bowl en su historia con el impulso de haber ganado en sus cuatro apariciones anteriores; mientras que los Cowboys disputaban su tercer Súper Domingo de los últimos cuatro años, aunque este último tendría un sabor completamente distinto a los anteriores.

Para el equipo texano, el Super Bowl XXX tenía una palabra que lo definía a la perfección: revancha.

Y es que Vaqueros y Acereros se habían citado ya un par de ocasiones; estas fueron en el Super Bowl X (1975) y en el Super Bowl XIII (1978), saliendo victorioso en ambas el equipo de la ciudad de los puentes; lo cual le daba a Dallas un mayor impulso esa tarde del 28 de junio del año 96.

Sin embargo, los Cowboys eran los favoritos para este encuentro, y en los primeros minutos de juego se encargaron de demostrarle a todos el porqué.

En el mismo primer drive del partido Emmit Smith tuvo una “fácil” carrera de 22 yardas para dejar a los Cowboys en la yarda 28 del rival, y todo parecía indicar que la línea ofensiva vaquera ejercería dominio sobre un dubitativa línea defensiva acerera.

Los Cowboys saltaría al frente con un gol de campo de 42 yardas y aumentarían la ventaja a 10-0 con un pase de 3 yardas de Aikman a Jay Novacek para entrar así al segundo cuarto.

En este segundo cuarto serían los Cowboys los responsables de anotar primero nuevamente con otro gol de campo de Chris Boniol, pero en esta ocasión uno de 35 yardas.

Y cuando todo se encaminaba para que los Cowboys se marchasen al descanso del medio tiempo blanqueando su rival, ante todo pronóstico el QB de los Steelers, Neil O’Donell lograría completar un pase de 18 yardas con Ernie Mills en una situación de 3era y 14, y luego un pase de 6 yardas con Yancey Thigpen para poner a su equipo en el marcador e ir al descanso abajo por tan solo seis puntos.

Luego de la presentación de Diana Ross en el show de medio tiempo, el partido volvería a la acción con marcador de 13-7, y nuevamente serían los Cowboys los encargados de poner los primeros puntos del cuarto.

Los Cowboys sumarían 7 puntos a la brecha tras un pase interceptado por el esquinero Larry Brown, el cual le daría la oportunidad a Emmit Smith de anotar un touchdown corriendo tan solo una yarda.

Ya para el último cuarto, perdiendo 20-7 los Steelers le darían prioridad al ataque terrestre, lo cual les permitió por primera vez en el encuentro anotar primero en un cuarto tras el gol de campo de Norm Johnson de 46 yardas.

Con el marcador 20-10 y 11 minutos en el reloj, el entrenador de los Steelers, Bill Cowher se arriesgaría con una jugada que hasta los momentos continúa siendo uno de los más memorables en la historia de los Super Bowls.

Cowher mandaría a su equipo a realizar una “on-side kick” (patada de lado), para que su equipo recuperara el balón en vez de entregárselo a los Cowboys, y este lo lograría.

Impulsados por la épica jugada lograda por sus equipos especiales, los Steelers marcharon a la zona de anotación y parecía que lograrían una de las remontadas más gloriosas en los últimos tiempos.

Con el marcador 20-17, la defensiva del equipo de Pennsylvania lograría detener una vez más al ataque vaquero para darle así la posibilidad a su ofensiva de llevarse el título a casa, pero del lado de Dallas aparecería un héroe con el que no muchos contaban.

Larry Brown, el esquinero que fuese selección de 12da ronda y la 320 global haría de las suyas interceptando su segundo balón de la tarde/noche, poniendo así punto final a las aspiraciones de los Steelers de llevarse el juego.

Además de la intercepción, Brown conseguiría correr el balón hasta la yarda 6 del rival, dándole así la oportunidad a Emmit Smith de anotar su segundo touchdown del partido y ponerle cifras finales al encuentro de 27-17.

Brown terminaría siendo nombrado el jugador más valioso del encuentro; encuentro que hasta el día de hoy, 24 años más tarde, continúa siendo la última aparición del America’s Team en un Super Bowl.