Luego de haber jugado tan solo tres partidos debido a una lesión en su tobillo, el linebacker Luke Gifford sufrió una fractura en el antebrazo durante el pasado domingo ante los Rams lo cual causó gran preocupación en la directiva de los Cowboys debido a que lo que anteriormente era una de sus posiciones más sólidas, se habría convertido en un gran dolor de cabeza.
Con Gifford y Leighton Vander Esch descartados por lo menos por el resto de la temporada regular y con Joe Thomas (rodilla) y Sean Lee (pectoral, muslo) presentando molestias, los Cowboys se vieron en la obligación de buscar un nombre en el mercado que les ayude a volver a tener la profundidad que una vez tuvieron.
Los Cowboys decidieron decantarse por la veteranía cuando contrataron a quien fuese el jugador más valioso del Super Bowl XLVIII jugando con los Seahawks, el egresado de la Universidad de California del Sur, Malcolm Smith.
Smith jugó dos partidos con los Jacksonville Jaguars a principios de esta temporada después de pasar el 2018 con los 49ers. Jugó los primeros cuatro años de su carrera en Seattle, donde ganó el Super Bowl siendo el MVP de dicho encuentro, todo esto bajo la tutela de quien es hoy el coordinador defensivo de los Cowboys, Kris Richard.
Con este movimiento ya son dos los que han hecho los Cowboys por jugadores veteranos que comparten una pasado con Kris Richard, siendo el primero quien fuese la última adición a la plantilla Michael Bennett.