Todos los jugadores que forman parte de este juego tan rudo se encuentran mentalmente preparados para afrontar lesiones a lo largo de su carrera, pero mentirían si dijeran que se encuentran preparados para afrontar una lesión como la que sufrió el centro de los Cowboys Travis Frederick.
Más que una lesión fue una enfermedad; Frederick tuvo que lidiar con el síndrome de Guillian-Barré en el cual el sistema inmunitario del organismo ataca al sistema nervioso, provocando así inflamación en los nervios y con el transcurso del tiempo, una parálisis en todo el cuerpo de no ser tratada apropiadamente.
Sin embargo, Frederick ha logrado mantenerse optimista y gracias a la ayuda de terapias junto con trabajo duro, ha vuelto y se encontrará disponible para jugar esta temporada, pero ahora la incógnita es la siguiente, ¿Estará Travis al mismo nivel de los años anteriores?
No hay mucho qué discutir en cuanto a la calidad de Frederick, basta con decir que de cinco temporadas en la liga, en cuatro fue llamado al Pro Bowl siendo el único año excepción su temporada de novato.
Frederick fue preguntado acerca de su estado de salud actual y su preparación con objetivo a la temporada 2019 a lo que respondió:
“Me siento muy bien con respecto a dónde estoy. Tanto en la recuperación del síndrome de Guillain-Barré como en las cirugías fuera de temporada que he tenido. Estamos empezando a llegar al final de la rehabilitación de hombro, eso empezará a dejarme realizar otras actividades. Pero en cuanto al síndrome de Guillain-Barré, me siento muy, muy bien. Va a ser difícil saber si estoy de vuelta exactamente al 100 por ciento hasta que pueda enfrentarme a otro jugador a toda velocidad, no creo que lo sepamos hasta que lleguen los campos de entrenamiento. Pero todas las señales apuntan a cosas realmente buenas”.
Así que eso es todo por lo que hay que esperar, el próximo 27 de julio todos los ojos estarán puestos inicialmente en Frederick para saber si pueden tomarlo en consideración para la próxima temporada.