El foco de los Cowboys y sus alrededores está centrado en los contratos de Dak Prescott, Ezekiel Elliott y Amari Cooper. Más allá de que es muy difícil saber el estado actual de las negociaciones, se cree que Prescott es el que más probablemente llegue a un acuerdo con Dallas. Muchos opinan que los 30 millones de dólares -o más- por año que podría recibir Dak son excesivos, o que los 18M que pide Cooper son relativamente razonables. Sin embargo, el caso que genera más polémica es el de Elliott, quien ni squiera está en su último año de contrato. Incluso, surge un debate filosófico sobre si corresponde o no pagarles a los corredores mucho dinero. Y esa conversación quedó muy expuesta en los últimos días con la amenaza de Melvin Gordon, RB de Los Angeles Chargers, a no entrenarse y a no jugar ningún partido en toda la temporada si no recibe un aumento de sueldo importante, tal como hizo Le’Veon Bell en los Pittsburgh Steelers.
El juego está cambiando desde hace algunos años. Las ofensivas que buscan principalmente el ataque aéreo en desmedro del terrestre son cada vez más comunes. En las últimas temporadas eso se hizo muy evidente, por ejemplo, en cómo los defensivos pueden o no marcar. Los esquineros, safeties o linebackers que tengan que cubrir a un receptor abierto, corredor o ala cerrada que quiera el balón por aire están cada vez más limitados. Ya no se permite el mínimo contacto. Por lo tanto, los equipos arriesgan frecuentemente porque saben que es muy probable que vuele un pañuelo por el aire, lo que implica una primera oportunidad automática y grandes ganancias de yardas.

En este gráfico se puede ver el porcentaje de jugadas en los que la liga utiliza ataque terrestre con respecto a los pases. Aunque esto no aplica para los Cowboys, ya que en los últimos años fue a contramano del resto y le dio buenos resultados. A continuación, podrán ver el uso que tuvo acarrear el balón en Dallas, no sólo con Elliott sino también con DeMarco Murray y Darren McFadden.

Así es que con respecto a los triunfos conseguidos, en la siguiente imagen podrán ver a los equipos que más duelos ganaron en las últimas cinco temporadas y el porcentaje jugadas terrestres que utilizaron, teniendo en cuenta también el ejemplo de los Seattle Seahawks.

Esta opinión muy compartida de que a los corredores no hay que pagarles grandes cantidades de dinero como sí hay que hacerlo con los mariscales de campo o receptores no está basada solamente en la descendente importancia que se le da al ataque terrestre últimamente, sino por lo que conlleva el puesto en sí. Generalmente son los que menos durabilidad tienen por el uso que se les da, pero, principalmente, por el desgaste que produce esa posición. Lesiones y golpes de todo tipo producto de chocar y chocar. Y en el caso de Elliott, sus números marcan antecedentes históricos.

Esta es la lista de los corredores que más fueron usados por sus equipos en sus primeras temporadas y Zeke se ubica 13°. Como indica Bob Sturm, en esta sucesión de nombres hay muchos que hoy en día están en el Salón de la Fama y otros que no tuvieron grandes carreras. Por eso, la decisión que tendrá que tomar Jerry Jones no será sencilla. Si bien es cierto que el uso que se le dio a Elliott fue muy elevado, incluso teniendo en cuenta que se perdió ocho partidos, su producción también lo fue.
Por un lado, como resalta Sturm, desde el 2014 hubo sólo seis temporadas de 300 toques por parte de un jugador, tres de las cuales fueron integrantes de los Cowboys: una vez correspondiente a Murray y dos a Zeke, quien hubiera tenido tres de no ser por la suspensión de finales del 2017. Aunque a diferencia de Murray, sus números se mantuvieron. Desde el 2016 es el jugador con mayor cantidad de yardas terrestres, con 4048 (101,2 por partido) y ¡607! más que Gurley, y yardas desde la línea scrimmage. Sí, todo esto contando que tuvo varios juegos perdidos por suspensión.
Sin embargo, esta tendencia y búsqueda de no pagarle a los corredores resulta contradictoria con lo que sucedió últimamente con las firmas de Le’Veon Bell en New York Jets por cuatro años a cambio de 52.5M de dólares y la renovación de Todd Gurley en Los Angeles Rams por cuatro temporadas y 57.5 millones. Justamente este es el caso que más se asemeja al de Zeke, ya que Gurley llegó a este acuerdo luego de tres campañas y antes de empezar el cuarto año de contrato de novato sobre cinco, situación en la que está Elliott.
Un punto que podría favorecer al argumento de Elliott de querer -y merecer- un nuevo contrato antes de tiempo coincide con el mío y es la siguiente pregunta: ¿Les fue bien a los Cowboys sin Ezekiel Elliott? La respuesta no es otra que un rotundo no. Durante sus seis partidos de suspensión en 2017, Dallas ganó tres y perdió tres. Esta serie de resultados derivaría en una temporada sin jugar playoffs para Dallas, la única vez que sucedió desque que Zeke fue elegido con la cuarta selección global del draft en 2016. De hecho, los otros dos duelos en los que no formó parte correspondieron a sendas últimas semanas de la temporada regular, donde los Cowboys ya tenían asegurado su lugar en postemporada y Elliott descansó.
Es por eso que, aunque pueda llegar a pesar de lo que está sucediendo con Gurley, a quien los Rams le ofrecieron una gran renovación y apenas una temporada después tiene varios problemas físicos, Dallas deberá evaluar muchas cosas. Una de ellas será pensar qué podría pasar si lo dejan ir. Una estrella como él, que en algunos días recién cumplirá 24 años, seguramente conseguirá equipo pronto y brillará como lo hizo hasta el momento. Por eso, habrá que ver si los Cowboys apostarán por Elliott arriesgando mucho dinero y espacio salarial o lo harán perdiendo a una figura de la NFL y viéndolo jugar con otra franquicia.