Tan solo una semana después de haber notificado que se permitiría hasta un 25% de aforo en los estadios del estado texano, el gobernador Greg Abbott anunció el miércoles pasado que dicha la capacidad permitida será ahora de hasta un 50%. Esto como medida para reactivar la economía del estado sureño que se ha visto afectada por la pandemia del Covid-19.
La orden de Abbott para la “Fase 3” de la reapertura del estado abarca los eventos deportivos tanto profesionales, como universitarios y otros similares, con efecto inmediato.
“Los estadios, ya sea donde juegan los Mavericks o los Rangers o los Cowboys, tendrán un aforo permitido del 50%”, dijo Abbott a la KDFW-TV en Dallas.
No obstante, a pesar de tener el visto bueno por parte del gobernador, algunos eventos y otras ligas se han manifestado al respecto, afirmando que aún no se encuentran listas para manejar la asistencia de público y proveerles una seguridad sanitaria adecuada.
Tal es el caso de IndyCar, el cual está pautado para abrir sus puertas en el Texas Motor Speedway en Fort Worth el próximo sábado. El presidente de la pista, Eddie Gossage, dijo la semana pasada que incluso bajo la nueva regla, la carrera “Genesys 300” no incluirá a los aficionados.
“Nadie más que yo quiere ver las gradas llenas de fanáticos, pero aún no estamos en condiciones de hacerlo”, dijo Gossage.
Igualmente, el resto de ligas profesionales que vieron sus actividades truncadas por la pandemia, como la MLB, NBA, NHL y MLS, se encuentran en proceso de determinar cuándo reactivar sus operaciones, aunque muy seguramente cuando lo hagan, estos no permitan fanáticos en sus estadios.
Cabe destacar que la nueva orden de Abbott llega tan solo tres días después de que el estado tuviera un máximo de casos positivos para el covid-19 en un solo día. Texas ha reportado tres de sus cuatro picos diarios más altos desde marzo durante el transcurso de la última semana.
