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El cambio que haría Mike McCarthy en la defensiva y qué podría significar

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La defensiva de los Cowboys dio claramente un paso atrás la temporada pasada. De ser la unidad más consistentemente derivó en una de las razones principales por las que el récord fue un mediocre 8-8. No haber siquiera clasificado a los playoffs dejó expuesto que ese lugar debería ser el foco en la agencia libre.

Un puesto en el que quedó una debilidad evidente fue el de tackle defensivo. Antes de que se abriera un nuevo año de la NFL se sabía que ahí se debía invertir bastante. Luego de confirmado que Maliek Collins se iba a los Raiders, aquel pensamiento se profundizó. Por eso es que Jerry Jones firmó a dos experimentados como Gerald McCoy y Dontari Poe rápidamente.

Aunque eso todavía deja huecos por cubrir. Más todavía si se tiene en cuenta la modificación que planea hacer Mike McCarthy en la defensiva. Dallas estuvo acostumbrado últimamente a optar por el tradicional esquema 4-3. Eso implica cuatro linieros defensivos y tres linebackers en el frente. Los backs eran entonces dos esquineros y dos safeties.

En un principio se creía que con Mike Nolan se iba a implementar un 3-4. Sin embargo, eso fue descartado. Aquello hubiera significado un pequeño problema para el defensivo con salario más alto. DeMarcus Lawrence debería sufrir una adaptación a una nueva posición porque fue siempre un ala defensiva tradicional. Pero para alivio de los Cowboys, el DE al que le firmaron un contrato de 105 millones de dólares continuará en su ubicación preferida.

McCarthy pretende entonces mantener cuatro linieros defensivos, pero aplicando una modificación a partir de allí. Si bien no será algo rígido, se espera el nuevo head coach saque del terreno a un linebacker para colocar a un esquinero adicional. Esto le daría una mejor cobertura frente a ataques aéreos como uno de los principales beneficios.

Lo que busca el HC es en realidad brindarle una mayor flexibilidad a la defensiva. La capacidad de adaptación al personal que coloca la ofensiva rival es el punto de inflexión que distancia a una unidad buena de una excelente. Eso tiene mucho sentido teniendo en cuenta el estilo que se está utilizando actualmente.

Hoy en día ya es lo normal ver ataques con personal 11. Esto es un corredor, un ala cerrada y tres receptores. Los linebackers de los Cowboys fueron una gran debilidad la temporada pasada. Uno de los factores en los que se vio cómo eran superados constantemente fue en la cobertura de pases. La diferencia de velocidad con los wide receivers o de peso con los tight ends fue muy marcada.

¿Qué podría significar?

En la teoría esta variante suena perfecto. Sin embargo, hay que destacar que para que esta alternativa funcione eficientemente se debe contar con backs defensivos de gran nivel. Ahí es donde surge un gran problema para McCarthy.

El mejor esquinero del equipo era Byron Jones, quien dejó Texas para irse a Miami. Anthony Brown y C.J. Goodwin entraron en la agencia libre, pero Jones les extendió sus contratos. A ellos se les suma dos que se quedaron como Jourdan Lewis y Chidobe Awuzie. También fueron firmados el CB Maurice Canady y el safety Ha Ha Clinton-Dix.

Los niveles vistos por parte de ellos no dan la sensación de poder defender a muchos de los ataques aéreos que hay en la liga. Por eso es que Dallas todavía debería estar en la búsqueda de un CB1 que pueda cubrir individualmente a receptores de elite. Hasta ahora todavía es una cuestión que los Jones deben resolver obligadamente.

Ahí es donde surge la opción del draft. Los Cowboys poseen el pick 17, por lo que hay muchas posibilidades de que un esquinero sea elegido. Una alternativa que sería determinante para que el plan de McCarthy sea efectivo es el CB de Florida C.J. Henderson. Dallas debería tener un poco de suerte para que caiga hasta su lugar.