Una de las cosas que ha llamado más la atención de los Cowboys tienen que ver con el dinero y el tope salarial. Queda muy claro que hay dos prioridades por encima de todos. Se trata del QB Dak Prescott y del receptor Amari Cooper. Y es que Dak busca convertirse en uno de los Mariscales mejor pagados de la liga. Lo mismo sucede con Amari, que busca estar entre los tres mejores pagados en su posición.
Por supuesto, cuando hablamos de ambos jugadores, nos referimos a pilares de la ofensiva del equipo de la estrella solitaria. Esto deja a la defensa en el aire, con 16 jugadores que serán agentes libres, y esperando algo que quizás no llegue a suceder.
Sin embargo, existen ciertas excepciones que se han venido realizando. Como es el caso del ala defensiva DeMarcus Lawrence, quien obtuvo un contrato por cinco años y 105 millones de dólares, de los cuales 65 de ellos están garantizados. Lo mismo sucedió con el linebacker Jaylon Smith, con una extensión de 64 millones de dólares, de los cuales tiene garantizados 35,5.
Ahora bien, cuando hablamos del resto de la defensiva, el primero que viene a la mente es Byron Jones. Está claro que el esquinero no ha hecho una intercepción desde la campaña 2017, pero tiende a cubrir mucho terreno y es un peligro para las ofensivas rivales. En las oficinas lo ven con buenos ojos, pero no como a alguien que se le tenga que pagar de 12 a 14 millones por temporada. Así que es muy probable que busque su destino en otra parte.
Por otro lado, tenemos al ala defensiva Michael Bennett, quien llegó a mitad de temporada gracias a un canje con los Patriots. En su caso, es muy posible que sea algo solo de una temporada y que inclusive se retire. Un caso muy distinto al de Robert Quinn, quien terminó con 11,5 capturas de QB y recuperó parte de su nivel con los Rams. No obstante, por el factor edad (cumplirá 30 en mayo) se ve muy difícil un contrato a largo plazo. Kerry Hyder y Chris Covington lograron tener destellos de buen trabajo. Así que existe la posibilidad de que se puede traer a alguno de ellos dos para la posición de DE por un mínimo costo.
Un caso similar el de los tackleadores defensivos. Maliek Collins tuvo una gran temporada con cuatro capturas y 30 presiones de Mariscal. Por lo tanto, podría estar la opción de renovar a Collins o continuar con Trysten Hill, quien entraría en su segunda temporada. Esperando un poco más de este último, quien tan solo tuvo cinco tacleadas en su primer año en la NFL.
Con respecto a los linebackers, ya Jaylon Smith está cubierto, pero la situación es muy distinta para Sean Lee y Joe Thomas. El primero es un veterano muy querido por el equipo y la afición, que no tiene ningún problema en recortarse su salario. Sin embargo, la cirugía de cuello de Vander Esch le permitiría a Sean jugar un poco más y saldría económico. En el caso de Thomas, se podría buscar otro agente libre o a alguien en las rondas medias del Draft.
Habiendo explicado lo de Byron Jones, la situación de los backs defensivos también aplica para Jeff Heath y Anthony Brown. Se podría buscar un reemplazo para el primero en el Draft. Mientras que el segundo sus representantes lo estiman en diez millones de dólares, una cifra que en Dallas no estarían dispuestos a pagar.
“Dak, en términos del dinero que gastemos, Amari, y luego ver lo que nos queda y dónde queremos asignarlo”, dijo el vicepresidente de los Cowboys Stephen Jones con respecto al presupuesto que tiene la franquicia. “Y luego ver si queremos mover algo de dinero mientras vamos con los agentes libres y ver el mercado para nuestros muchachos”.
Por lo tanto, da la impresión que Dallas no gastará mucho en defensa para esta temporada. De hecho, la franquicia quedó novena la pasada campaña gastando en ofensiva, mientras que quedaron de últimos en gastos de Mariscales de campo. Todo esto puede cambiar con la renovación de Prescott y Amari. Por dar un ejemplo, si se le da la etiqueta de franquicia no exclusiva a Prescott, su número subiría de 2 a 27 millones de dólares. Lo que haría que los Cowboys compitan por el primer puesto en gastos de ofensiva.
Este podría ser otro año en donde la defensiva de Dallas no esté a la par con la ofensiva, dependiendo de los gastos que se terminen haciendo, o lo que escoja la organización en sus opciones en el Draft de Las Vegas. Es algo con lo que tendrá que lidiar el nuevo entrenador en jefe Mike McCarthy. Sin embargo, si hay algo que se ha aprendido de equipos actuales en la NFL, es que para llegar lejos, hay que saber balancear tanto la ofensiva como la defensiva. Por lo que el equipo de la estrella solitaria debe saber manejar su presupuesto y no dejar a la defensa tan a la deriva.