Anteriormente hemos contado y detallado los problemas que tuvo la línea ofensiva de los Cowboys la temporada pasada. Una de las razones fue la ausencia de Travis Frederick. Uno de los jugadores más queridos y de los mejores centros de la liga, Frederick debió perderse un año completo de competencia porque padecía del Síndrome Guillain-Barre, una enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso.
Esto hizo que el encargado de centrar el balón fuera Joe Looney, quien no hizo un mal trabajo, pero la vara en esa posición está muy alta. Todos estaban esperando con ansias el regreso del dos veces All-Pro y que fuera seleccionado en cuatro ocasiones para el Pro-Bowl, aunque también surgían muchas dudas sobre su condición física. Una de las cuestiones pasaba por saber si iba a poder entrenar con normalidad junto a sus compañeros desde el principio. Pero en las últimas horas llegó una buena noticia: Frederick fue habilitado para participar desde el comienzo del campamento de entrenamiento que tendrá lugar este sábado.
Si bien probablemente los preparadores físicos opten por ir llevando el esfuerzo de a poco, esto es un paso adelante. Algunas semanas atrás, cuando los Cowboys llevaron a cabo las OTAs (actividades de equipo organizadas, por sus siglas en inglés), sólo había realizado ejercicios individuales. Durante las prácticas y entrenamientos de equipo no había sido parte por precaución.
Aunque, por más bueno que un jugador sea, estar tanto tiempo afuera de las canchas seguramente se va a sentir en algún momento. Sea con la falta de ritmo físico como del competitivo. Aun así seguramente será un gran alivio para Dak Prescott saber que tendrá adelante suyo a uno de los centros de élite. Además, Frederick aportará más que sólo centrar bien el balón o bloquear para que Zeke gane yardas por tierra. Lo que gana Dallas es también una presencia importante, alguien con excelente liderazgo y uno de los capitanes ofensivos.