El coordinador ofensivo Scott Linehan, quien trabajara con los Cowboys por cinco temporadas en total, fue despedido y reemplazado por Kellen Moore. Las razones son varias, pero hay algunas en particular que llaman mucho la atención. Sobre todo en lo que respecta a la producción del equipo durante el tercer cuarto de cada partido. No está de más decir que esto representó un gran problema para la franquicia la pasada campaña.
El principal problema de Linehan fue su actitud conservadora durante el manejo de los esquemas. En una liga en donde se le exige cada vez más a la línea ofensiva, el coordinador no solía llamar a las jugadas de manera apropiada. Un estilo un tanto predecible, en donde las defensas rivales ya tenían una idea bastante clara de lo que haría su Mariscal de campo Dak Prescott. Y ni hablar de Amari Cooper y Zeke Elliott.
En la primera mitad de los juegos los Cowboys fueron el equipo número 12 en eficiencia ofensiva, con un total de 48% de éxito. Además, si hablamos de la defensa, fueron novenos en la primera mitad de los juegos con respecto a su tasa de éxito. Lamentablemente, en el tercer cuarto la ofensiva de los Cowboys bajó de manera drástica a la posición número 25 y su defensa bajó al puesto 15. Unos números nada alentadores para el equipo.
Por otro lado, en la primera mitad de los partidos el equipo encaraba una tasa de 6.8 yardas en el tercer intento, la cual es una tasa bastante alta y mejor que la del promedio de la liga. En el tercer cuarto, los Cowboys se colocaron en el tercer peor promedio de yardas en el tercer intento. Así que el equipo solo convertía el 24% de las veces que tenían un tercer intento en el tercer cuarto. De hecho, estaban muy cerca de ser el peor promedio en tercer cuarto de toda la liga.
Eran muy conservadores en el primer intento, esto solo lograba que tuvieran que abarcar mucho más yardas una vez que llegaban al tercer down. Esto se traduce en más patadas o punts, menor tiempo de posesión, una mala posición en el campo, muchos menos puntos y más posibilidades de anotar para los rivales. La llamada de juego del primer intento es la que controla los partidos y permite abarcar más yardas en el campo. Sin embargo, en el caso de los Cowboys, esto creaba un efecto dominó en donde terminaban mostrando fallas en el segundo y tercer intento.
En la primera mitad, pasaban el balón el 48% del tiempo con una tasa de éxito de 56%, con ocho yardas por intento. En el tercer cuarto, hacían jugadas de pases el 41% con un promedio de 6.2 yardas por intento. Esto da a entender que realizaban casi un 60% de jugadas de carrera. Y las defensas rivales ya sabían a lo que los Cowboys iban a jugar.
Daba lo mismo que corriera todo lo que quisiera Zeke Elliott. Realizar jugadas de carrera en el primer intento es algo sumamente conservador que ya no aplica tanto para lo que buscan las ofensivas actualmente en la NFL.
Esto es algo en lo que tendrá que trabajar Kellen Moore, buscar mejor eficacia e ir eliminado pequeños detalles, como la falta de producción en el tercer cuarto. Además tendrá que trabajar en sincronía con el entrenador jefe Jason Garrett y buscar eliminar aspectos conservadores en el juego ofensivo de los Cowboys.
