Cuando comenzó el nuevo año de la NFL, hubo un traspaso que rompió el mercado y generó un impacto en toda la liga: Odell Beckham Jr. a los Browns. Un cambio festejado enormemente en Cleveland, pero en menor medida también en Dallas, Philadelphia y Washington, rivales divisionales de los New York Giants.
Los Giants llegan de una temporada de apenas cinco triunfos y once derrotas. Sin embargo, luego de la semana de descanso cerraron el año con una marca de 4-4 y con tres de esas cuatro caídas perdiendo por tres puntos o menos, algo que le da una luz de esperanza a los fanáticos.
Fortalezas
Sin lugar a dudas el aspecto principal a tener en cuenta no pasa por una unidad completa o un grupo de jugadores de una determinada posición. El foco de atención está en su súperestrella en ascenso: Saquon Barkley. En apenas una temporada el joven producto de Penn State, segunda selección global del draft, irrumpió en la liga con una facilidad para crear jugadas grandes e impactar el juego de diferentes maneras.
Barkley no es un corredor que simplemente se basa en la potencia, sino que es un atleta versátil y del tipo de RB que se utiliza actualmente. Es capaz de encontrar espacios a través de cambios de dirección y aprovechas los bloqueos, pero también puede causar daño por aire. Las estadísticas del Rookie del año hablan por sí solas: 1307 yardas por tierra (sólo por detrás de Elliott) y 11 TD, sumándole 721 yardas por aire y 4 TD por esa vía. Además, las 91 recepciones que obtuvo son un récord histórico para un corredor novato.
Debilidades
La defensiva en conjunto parece ser la unidad más floja de los Giants y a la que más atención le prestó el GM Dave Gettleman en el draft. De hecho, de las diez selecciones que hizo la franquicia de New York, siete fueron para ese lado, dos de ellas en la primera ronda: el tackle defensivo Dexter Lawrence (17ª) y el esquinero Deandre Baker (30ª).
Si bien los Giants recibieron a Jabrill Peppers en el intercambio de Beckham Jr., unos días antes habían dejado ir a Olivier Vernon, su mejor cazador de mariscales de campo. En un equipo que fue el segundo peor en cantidad de capturas, Vernon lideró esa rubro con siete. Además, perdieron a su defensivo estelar al dejar ir a Landon Collins a los Redskins en la agencia libre. Es por tener que acomodar muchas piezas es que la defensiva unidad surge como la más débil de esta franquicia.
Incógnita
La gran duda pasa, como hace varios años, por el mariscal de campo. Hace bastante tiempo que Eli Manning no es el que supo ser y genera un debate alrededor del puesto muy grande. Pero siempre se mantuvo como titular, ya que nunca llegó una gran competencia al vestuario que le hiciera sombra. Sin embargo, en el último draft New York apostó fuerte y usó la sexta selección global en Daniel Jones. Quizás no llegue con todas las luces como otros candidatos, pero al usar un pick tan alto queda claro que a los directivos les gustó mucho y que lo ven como el futuro del equipo.
Jones, graduado en Duke, tiene 22 años, mide 1,95 m y pesa 100 kg. En los tres años en los que efectivamente jugó allí consiguió 8201 yardas por aire, con 52 TD y 29 intercepciones (59,9% de pases completos). Además, en esos 36 juegos acumuló 1,323 yardas por tierra y 17 anotaciones por esa vía. También fue parte del clásico Senior Bowl, en el que, jugando para el equipo Norte, fue nombrado MVP (8/11 para 151 yardas y dos touchdowns, uno por aire y otro por tierra).
Por el momento, lo más probable es que en la semana 1 el mariscal de campo de los Giants en el duelo ante los Cowboys a jugarse en Dallas sea Manning. Sin embargo, muchos creen que Jones puede ser quien termine siendo el QB en algún momento de la temporada.