La defensiva fue, sin lugar a dudas, la mejor unidad de los Cowboys la temporada pasada y tuvo entre otras grandes noticias la aparición estelar de Leighton Vander Esch fortaleciendo el grupo de linebackers. Sin embargo, para conseguir triunfos en fútbol americano se necesita que las tres unidades funcionen a la perfección y, si bien la temporada pasada tuvo un buen desenlace, la ofensiva no estuvo tan fina.
Al hablar de que el ataque de los Cowboys no rindió según lo esperado, claramente no está referido a Zeke, a Dak o a Amari Cooper. El objeto de análisis es la línea ofensiva y su tendencia a cometer infracciones que terminan frenando el ímpetu del equipo cuando tiene la posesión del balón. Esto complica el andar de la ofensiva indudablemente, lo que deriva en despejar más seguido de lo habitual y presionar aún más a la defensa para que haga su trabajo.
Sucede que la línea ofensiva de los Cowboys fue una de las más penalizadas de la liga siendo, por ejemplo, la tercera que más infracciones de sujetando cometió la temporada pasada con 31, solamente una menos que Indianapolis Colts y Washington Redskins (según las estadísticas de NFLpenalties.com). Cabe mencionar que el promedio de la NFL es de 22,97.
Los números demuestran que, cuando la franquicia de Dallas no comete ninguna infracción (holding o tackle-for-loss) o permite una captura, anota en el 53% de las series, muy por encima del 43% que promedia la liga. Esto la ubica en el cuarto lugar -junto con los Eagles-, por debajo de los poderosos Rams, Saints y Chiefs. Contrariamente, como indica Bob Sturm, cuando hay un sujetando de los linieros ese porcentaje baja al 25%, una cifra bastante alarmante (el promedio es 39,4%).
Justamente el tema aquí es la enorme diferencia que hay entre una serie ofensiva sin infracciones de los Cowboys y una en la que hay alguna penalidad por sujetando, dando la sensación de que fueran dos equipos completamente distintos. Si los fanáticos ven el vaso medio vacío, la línea ofensiva debe mejorar considerablemente para facilitarle el trabajo a Elliott, Prescott y compañía. Aunque, por otra parte, los optimistas pueden resaltar que, si se achica el margen de error, los Cowboys pueden dar un salto hacia adelante muy grande en esta temporada.