Dallas cumplió con la lógica y venció 35-27 a Detroit

Después de la desalentadora caída en el Sunday Night Football frente a los Vikings, ganarle a los Lions era fundamental. Esto es algo que los Cowboys consiguieron prácticamente sin complicaciones. Hay algunos puntos positivos y otros negativos para tener en cuenta, como suele suceder con los equipos inconsistentes. Este triunfo era muy importante además porque la semana próxima deberán viajar a New England.

Es cierto que el juego comenzó cuesta arriba. En la segunda jugada del duelo, Ezekiel Elliott entregó el balón en un intento terrestre y dejó a la ofensiva rival en una excelente posición del terreno. Allí, Detroit logró avanzar incluso a pesar de que no tuvo a Matthew Stafford como titular. Así es que con Jeff Driskel siendo el QB, los Lions avanzaron y completaron la serie ofensiva con un ataque por tierra mediante el RB Bo Scarbrough.

De ahí en más fue todo de los Cowboys. Lograron descontar con un gol de campo de Brett Maher y luego pasaron al frente con una anotación. Este touchdown llegó por parte de Tony Pollard y una recepción de 21 yardas, en una acción en la que el corredor incluso dejó quieto a un defensivo que trató de taclearlo.

Justamente Pollard es uno de los puntos para destacar como buenos. Sus números no fueron brillantes, acumulando 12 yardas por tierra y 44 aéreas, pero fue de gran ayuda en un día en el que a Elliott le costó mucho avanzar. El novato elegido en la cuarta ronda tuvo una conversión de dos puntos además de una buena devolución de patada en el final que evitó iniciar una serie encajonados dentro de la propia yarda 10 cuando Detroit estaba a una posesión.

La defensiva permitió una nueva anotación de siete puntos que dejó a los Lions arriba en el marcador 14-10. Hay que remarcar que gran responsabilidad en este touchdown la tuvieron los equipos especiales, que permitieron que la ofensiva de los Lions empiece en la yarda 45 de los Cowboys.

Aunque inmediatamente Dallas respondió con su mejor unidad. En 3ra y 9 desde la mitad del campo, los tejanos fueron por todo y Dak Prescott conectó con Michael Gallup un pase de 41 yardas. Elliott definió esa serie con dos intentos terrestres que le devolvieron la ventaja a los Cowboys. Ese liderato ya no lo dejarían escapar.

Pero no se conformarían con eso en la primera mitad. En cambio, buscaron ampliar la ventaja con una ofensiva de don minutos extremadamente explosiva. Solamente cuatro pases fue lo que necesitó Prescott para llevar a su equipo a una ventaja de diez puntos. Esta serie contó con una recepción de 49 yardas de Randall Cobb y fue definida por el propio WR.

En la primera posesión del tercer cuarto, Detroit se acercó con otro touchdown, a lo que Dallas contestó con un gol de campo. El cuarto decisivo comenzó entonces con seis puntos de diferencia, aunque se amplió en favor de los Cowboys.

La serie en la que eso sucedió podría haber terminado muy mal para Prescott si no hubiera sido por un poco de suerte. Buscando a Tavon Austin con un pase largo, el balón estaba destinado a caer en las manos del esquinero Darius Slay, pero el mismo Austin se lo quitó de las manos. Y en la jugada siguiente se repitió esto. Aunque allí el ovoide le pasó entre las manos a Slay y Cooper lo convirtió en una recepción de 16 yardas.

Hubo también un par de ocasiones en las que el QB logró escaparse de capturas que parecían inevitables y las convirtió en jugadas positivas para los Cowboys. La anotación llegaría en una gran acción de Zeke. El RB atrapó un pase muy bajo lanzado por Dak tras la carga enviada por la defensiva rival, logró quedarse de pie y avanzó 17 yardas hasta las diagonales. Con la conversión de dos puntos mencionada anteriormente la ventaja se estrió a 14. Los Lions descontaron a continuación, pero hasta ahí llegaron.

Dentro de los puntos a marcar como buenos está claramente la actuación de Prescott. El quarterback consiguió una vez más un juego de más de 400 yardas por aire. A esas exactamente 444 les agregó tres pases de anotación sin lanzar intercepciones.

Los otros dos que se destacaron fueron los receptores abiertos que le siguen a un Cooper que finalizó con apenas 48 yardas. Gallup totalizó 148 en nueve recepciones y Cobb sumó 115 en cuatro atrapadas, una de ellas en las diagonales.

Aunque hubo también varias cosas para corregir, más aún sabiendo que el próximo rival serán los Patriots. Una preocupación que debería resolverse rápidamente es que el juego terrestre vuelva a funcionar. Elliott fue limitado a 45 yardas en 16 intentos y no pudo ser un factor determinante. Esto obliga a Prescott a lanzar más y ser predecibles contra una defensiva de élite puede ser muy caro.

Sobre la línea defensiva hay que mencionar que Michael Bennett tuvo dos capturas, pero cometió un error muy costoso. En un 4ta y 2, los Lions mandaron a su pateador de despeje al campo, aunque cambiaron sus puestos. Allí el punter se paró como QB y comenzó a señalar una jugada. Esto es una distracción que se usa mucho en esas situaciones tratando de provocar una infracción.

Bennett cayó en la trampa y regaló una primera oportunidad que afortunadamente no tuvo otras consecuencias. La otra gran cuestión es la defensiva secundaria. Ese sector sigue permitiendo jugadas grandes que pueden cambiar el desarrollo de un juego. Aparte de esto, los ataques terrestres de los Lions fueron bastante efectivos en el inicio.

En líneas generales fue un buen partido de los Cowboys, pero se cometieron algunos errores que no costaron el triunfo porque el rival fue Detroit con un mariscal de campo suplente. Pero si esas distracciones suceden el próximo domingo, el desenlace será diferente porque los Patriots no suelen perdonar.