Dos semanas de pretemporada ya pasaron y aún la novela de Ezekiel Elliott tiene un final incierto. Antes de que comenzara el campamento de entrenamiento surgió la noticia de que quizás no se iba a presentar sin un nuevo contrato y fue sorpresivo. Más todavía cuando eso se materializó y el corredor estrella de los Cowboys no viajó a Oxnard, California, con sus compañeros.
Con el comienzo de los partidos preparatorios la ansiedad aumenta. Con la ausencia de Zeke hay un lugar en el equipo disponible y ese jugador se convirtió en una posible arma de negociación para los Jones. Claramente se trata de Tony Pollard, el corredor que está llamando la atención de todos en este tramo del año. Hoy en día ni el proprio novato tiene tantas ganas de que le vaya bien como Jerry y Stephen Jones.
“Se ve confiado allí afuera, sabemos que comprende extraordinariamente lo que hace y puede hacer. Lo hemos visto hacerlo, sabemos que es capaz de, si realmente lo necesita, llevar toda la carga”, comentó el dueño de los Cowboys antes del juego contra los 49ers en 105.3 The Fan. Este fue claramente un mensaje dedicado a Elliott, algo muy común últimamente por parte suya.
Algunas semanas atrás había dicho que no se necesita tener a un corredor campeón en yardas por tierra para ganar un Superbowl continuando con su presión mediática. Mientras que Elliott sigue sin dar declaraciones, los Jones aprovechan cada oportunidad que tienen para decir quién es el responsable de que no se haya llegado a un acuerdo.
No hay dudas de que todo este tema es una cuestión de egos por parte de ambos lados. Porque por más que crean que están mostrándose firmes en sus ideas, en realidad se están perjudicando. Las diferencias económicas que hay no parecen ser tan grandes teniendo en cuenta las sumas de dinero que se manejan hoy en día en la NFL.
Es obvio que Zeke vale mucho más que los 3.850.000 dólares que dice su contrato, pero estar fuera toda una campaña tampoco le serviría para nada porque seguiría estando bajo contrato por dos años más con Dallas. Desde el lado directivo, es aún más notoria la necesidad de contar con el jugador. Estirarse un poco más en la oferta realizada sería lo razonable, ya que si bien pagarle mucho a los corredores no es algo que le guste a los dueños, los topes salariales y los ingresos aumentan constantemente. sería un error muy grande perder a una figura cuando las diferencias no son tan significativas. Además, un mal inicio puede comprometer el resto de la temporada y las chances de playoffs del equipo.
Esta cuestión no se va a resolver hasta que los dos lados cedan, aunque sea un poco, pero eso no se ve muy probable. Así que habrá que esperar quién pestañea primero. Utilizar el estado físico de Todd Gurley es una forma de explicar por qué no quieren ofrecerle lo que pide. Otra manera distinta podría surgir si Pollard tiene un excelente inicio de temporada, algo que los Cowboys podrían usar para ofrecer menos, pero difícilmente eso presione a Elliott.
Aunque si el comienzo no es el mejor, los Jones podrían ser los que terminen ofreciendo los 15 millones por año que quiere Zeke, tal como ocurrió con Emmit Smith en 1993. En aquel entonces Dallas era el campeón defensor y Smith estuvo de huelga pidiendo un nuevo contrato. Pero, tras un 0-2 para empezar la campaña, el hall-of-famer recibió lo que quería y pagó con creces al ganar otro título, el MVP de la temporada regular y el MVP del Superbowl.