Entre el 23 y el 25 de abril se realizará una nueva edición del draft de la NFL. En ese fin de semana, Las Vegas será testigo de cómo todas las franquicias buscarán mejorar sus posibilidades a través de la selección de jóvenes promesas. El futuro de la liga podría comenzar a escribirse en cualquiera de esos días con eventos inesperados.
Por eso es que te voy a contar más sobre los candidatos a ser elegidos en una serie de artículos muy interesantes. A su vez, podrán darse una idea sobre qué aquellos que quizás tengan chances de jugar en los Cowboys. Tal como sucedió con la agencia libre un tiempo atrás, haré una reseña de varios casos en cada puesto. Hoy: los corredores.
Los Cowboys necesitan completar varios casilleros a través de la agencia libre el draft. Sin embargo, el puesto de running back no es uno de ellos. Habiendo firmado a Ezekiel Elliott por casi 100 millones de dólares prueba que buscar un titular no es necesario.
Pero esta vez tampoco hará falta conseguir un reemplazo para Elliott ante cualquier inconveniente. Eso se debe a que en el draft del año pasado Dallas tomó a Tony Pollard con su pick de cuarta ronda. El novato tuvo sus momentos, demostrando que puede ser un RB2 confiable.
Así es que las posibilidades de que los Cowboys añadan profundidad en este rol son muy pocas, si no nulas. Aunque nunca se sabe qué puede pasar en el draft. Sobre todo en las últimas rondas es donde las franquicias suelen arriesgarse sabiendo que el costo no es tan alto.
En esta oportunidad habrá una buena clase de corredores. Varios de ellos tienen potenciales para ser selecciones de primera o segunda ronda en algunos casos. Pero tal como mencioné antes, es muy difícil que los Cowboys inviertan mucho en el puesto. Por eso es que D’Andre Swift, Jonathan Taylor y J.K. Dobbins quedaron fuera de la lista.
Zack Moss – Utah (1.78m, 101kg.)
Moss es el tipo de corredor que se ve cada vez más actualmente. No corre simplemente directo contra el rival, sino que es paciente cuando tiene el balón. Es capaz de esperar hasta que los linieros ofensivos hagan los bloqueos y luego explota esos espacios generados.
Una característica que podría darle mayor valor es su buena capacidad para bloquear. Al poder correr, pero también proteger al mariscal de campo, es una buena herramienta para quien lo firme porque puede ser un three-down running back. Sin embargo, no tiene tantas habilidades para sumar por aire. Su velocidad final tampoco es muy llamativa.
En su última temporada en Utah corrió para 1416 yardas en 13 juegos, promediando seis por acarreo. Tuvo además 15 anotaciones por esa vía. Por aire contribuyó con 388 yardas en 28 recepciones, dos de TD.
Clyde Edwards-Helaire – LSU (1.73m, 95 kg.)
El corredor del campeón a nivel universitario no está considerado entre los mejores de esta clase. Sin embargo, tiene diferentes habilidades que lo pueden hacer una selección interesante. La principal característica que tiene es su elusividad. Puede hacer fallar a cualquier tackleador con sus cambios de dirección. Su potencia en el tren inferior aumenta su valor para ganar yardas extra después del contacto.
En el juego aéreo también puede ser de gran ayuda. Allí es capaza de correr buenas rutas, además de superar a los linebackers en las trayectorias medias. Un punto bajo quizás sea su velocidad, aunque tampoco es una preocupación.
La campaña que consagró campeón a los Tigers tuvo a Edwards-Helaire sumando 1414 yardas por tierra en 15 juegos. Sus números lo completan los 16 touchdowns terrestres y el promedio de 6.6 por intento. A eso añadió 453 yardas aéreas en 55 recepciones y una anotación.
Anthony McFarland – Maryland (1.75m, 90kg.)
Una alternativa mucho menos conocida es el corredor de Maryland. A diferencia de los anteriores, lo que lo caracteriza es su más su velocidad que su fuerza. Tiene una gran capacidad para explotar los espacios que encuentra por delante. Puede además esquivar tackles en cualquier lugar del campo. También tiene cierta habilidad como receptor.
McFarland debe corregir su nivel de bloqueo. La poca cantidad de partidos que jugó podría generar algunas dudas. Sin embargo, eso no es del todo negativo en un corredor ya que implica menor desgaste. Así es que algo que podría ser una debilidad quizás termine siendo una fortaleza.