Probablemente fue la mejor actuación de la temporada. Las primeras tres semanas fueron muy buenas, pero la debilidad de los rivales tuvo mucho que ver. Ahora Dallas enfrentó a un equipo con bastantes lesiones que aún así suele competir de buena manera. La situación indicaba además que no había margen de error. Por eso creo que fue el partido más destacado hasta la fecha, por la importancia y por el nivel mostrado.
La gran diferencia fue la forma en la que entró a la cancha el equipo. En la semana habíamos hablado sobre los lentos inicios de la defensiva. Este giro de 180° resultó determinante para la cómoda victoria de los Cowboys. En las últimas dos derrotas, el marcador indicaba un juego prácticamente terminado en el entretiempo. Una cuestión que volvió a suceder, aunque esta vez a favor.
Los Eagles tuvieron la primera posesión del partido, pero los Cowboys se anotaron en el resultado antes. En un pase al TE Dallas Goedert, Leighton Vander Esch realizó un tackle muy firme ayudado por Jaylon Smith que causó un fumble. Maliek Collins recuperó el balón y los tejanos mandaron durante el resto del Sunday Night Football.
La línea defensiva era una de las decepciones del equipo hasta ahora. Alguien que había pasado desaparecido teniendo en cuenta las expectativas generadas era DeMarcus Lawrence. Sin embargo, esto claramente se modificó frente a Philadelphia. Lawrence tuvo una actuación sobresaliente desde el principio, provocando un fumble recuperado por Antwaun Woods en la yarda 14 de los Eagles, posteriormente transformado en siete puntos. La línea como un todo fue clave presionando a Carson Wentz en todo momento y forzándolo a jugar muy mal.
Hablando de recuperar la memoria, la ofensiva volvió a ser la del comienzo de la campaña. En los dos intercambios de balón, Dallas golpeó anotando TD en ambas ocasiones. Ezekiel Elliott fue una vez más el caballo de batalla y quedó demostrado por si hacía falta que así es como debe ser.
A partir de muy buenos ataques terrestres de Zeke, el juego aéreo empezó a abrirse. Para sumar por aire fue clave el regreso de la otra estrella de esta unidad. Amari Cooper volvió a jugar tras una lesión que lo sacó de la cancha ni bien empezaba el duelo ante los Jets y fue clave en el SNF.
En caso de que Cooper haya jugado con alguna molestia, no se notó para nada. Sus grandes jugadas hicieron que Prescott se viera aún mejor en un duelo en el que el QB rindió a la altura de las expectativas. Un punto importante a mencionar es que también regresaron los tackles Tyron Smith y La’el Collins.
Otra cuestión que debía ser cambiada imperiosamente era la selección de jugadas. Dallas fue predecible las últimas tres semanas y pagó un precio muy alto. Aunque también logró mejorar en ese rubro. Esto se vio en un momento puntual muy importante. Estando adelante 14-7 en 4ta y 1, Prescott salió hacia su derecha y encontró solo a Elliott para un fácil 1ro y 10.
Esa posesión terminaría en anotación de Blake Jarwin gracias a otra jugada creativa que dejó al ala cerrada sin nadie alrededor en las diagonales rivales. El touchdown terrestre de Tavon Austin que le dio los primeros puntos a Dallas fue una muestra más de la creatividad que tanto se había extrañado.
Los Cowboys jugaron un duelo perfecto cuando más lo necesitaban. No hubo fallas de ningún tipo. Incluso hasta Brett Maher estuvo muy preciso, anotando un gol de campo de 63 yardas. Lo que espera en el horizonte es una semana de descanso muy necesaria para un roster golpeado físicamente.
Una cuestión que podría ser determinante para el futuro del equipo en la temporada es aprovechar las tres derrotas consecutivas sufridas para entender que los errores cometidos no se pueden repetir. Mucho menos si el objetivo es lograr superar la ronda divisional en la tan competitiva Conferencia Nacional.