Una de las historias más interesantes que puede tener todo el roster actual de los Dallas Cowboys tiene que ver con Jason Witten. El ala cerrada, quien volvió de su retiro para jugar esta temporada, ha sido parte del Pro Bowl durante 11 años, de los cuales dos de ellos han sido en el primer equipo. Igualmente, el que próximamente será parte del Salón de la Fama, tiene otra anécdota muy interesante. Y tiene que ver con su conversión de ala defensiva a ala cerrada antes de ser parte de la NFL.
Para Neil Johnson, ala cerrada de Tennessee, todo era perfecto. Estaba en su último año de fútbol americano en la universidad. Sin embargo, antes de comenzar la temporada, durante el verano del 2000, ocurrió el desastre. A unas semanas de arrancar enfrentando a Southern Mississippi, Johnson se lesionó durante una práctica.
Para el entrenador en jefe Phillip Fulmer, era un gran dolor de cabeza no tener a su mejor ala cerrada. Al no tener muchas opciones de garantía, miró en el roster a un joven novato de 18 años con cierta experiencia en esa posición. En ese momento, Fulmer se le acercó a Witten quien era ala defensiva, para que se cambiara a ala cerrada.
“Solo lo resistí”, afirmó Witten. “Pensé que el entrenador estaba loco”. La verdad es que Jason no quería formar parte del juego ofensivo. Al menos no para ese entonces.
Witten durante la secundaria, se manejó como un jugador de doble posición en la Elizabethton High School en Tennessee. Jugaba tanto de linebacker como ala cerrada para el entrenador Dave Rider. Quien también era su abuelo y un legendario entrenador de secundaria. Sin embargo, su corazón y sus ganas estaban en la defensa.
Para su último año solamente, Witten logró 163 tacleadas y nueve sacks. Con un récord escolar de 450 tacleadas, también logró 26 capturas para 345 yardas y 14 Touchdowns. Una gran combinación entre atrapar el balón y gran velocidad. Pero para Witten, su posición predilecta era la de ala defensiva. La cual consideraba era la más apta de acuerdo con su velocidad y agilidad.
Ya en la universidad, durante sus inicios en Tennessee, las cosas iban muy bien para el joven Witten. Su talento defensivo superaba las expectativas, y por su capacidad atlética también lo colocaron en los equipos especiales. De hecho, todos estos atributos se tomaron en cuenta al momento que Johnson se lesionó.
“Me senté con él y le di algunas opciones”, afirmó Fulmer. “Pero yo necesitaba que hiciera esto por el equipo. No puedo decir que estaba feliz con ello pero lo hizo. Pasó unas tres o cuatro semanas en donde pocas veces me habló durante las prácticas”.
En esa oportunidad, no era simplemente alejarse de la defensa lo que molestaba a Jason. Era el hecho de la posición en que jugaría. No obstante, una llamada telefónica que le hizo a su abuelo y antiguo entrenador Dave Rider, le cambiaría totalmente la perspectiva.
De acuerdo con Witten, esto fue lo que le dijo su abuelo. “Escucha, deja de quejarte y de molestarte por eso. Esto te va a dar una oportunidad de jugar, y tienes que confiar en el entrenador y en lo que va a hacer contigo”. A partir de allí, la perspectiva de Jason cambió, así como su actitud ante el nuevo reto.
Su entrada como ala cerrada llegó en un momento en que el cuerpo técnico del equipo universitario quería incorporar algunos de los esquemas que utilizaban en esta posición los Tennessee Titans de la NFL. Cuando llegó el momento de brillar, su inexperiencia importó mucho menos que sus habilidades. Su talento dinámico era sumamente excepcional.
Por otro lado, Fulmer quería que otra persona ayudara también a Witten en su adaptación. Neil Johnson se encargó de esto, llevándolo a una cena que en realidad, fue mucho más una conversación casual. Esto ayudó mucho a Jason, y es un recuerdo que aún atesora hasta el día de hoy.
Ya con la confianza de familiares, entrenadores y hasta de los compañeros, Witten estaba listo para comenzar esta nueva fase en su vida como jugador.
La verdad le tomó algo de tiempo. Mientras aprendía más sobre su nueva posición, solo atrapó un pase de 11 yardas durante su primer año. Sin embargo, el novato estaba disfrutando el proceso en una universidad de élite.
Las cosas empezaron a tomar forma en 2001, cuando logró 28 pases para 293 yardas y dos Touchdowns. Tennessee terminó esa temporada con un récord de 11-2, que les dio un puesto en el Citrus Bowl del día de año nuevo de 2002. Este se puede considerar uno de los juegos más importantes en la carrera de Witten, y el que oficialmente comenzó todo. Durante este encuentro ante Michigan, capturó 6 pases para 125 yardas, incluyendo un gran TD de 61 yardas y ayudando a derrotar al rival por 45 a 17.
Jason mejoró sus números al año siguiente, en donde logró 39 recepciones para un total de 493 yardas y cinco Touchdowns. Incluyendo un TD icónico ante Arkansas, tras seis tiempos extra que llevaba el partido y le dio la victoria a Tennessee.
Toda esta situación dio como consecuencia que Witten renunciara a su temporada Senior y declararse para el Draft de la NFL de 2003. Sin embargo, las cosas en un principio no serían fáciles. Si bien Tennessee era una gran creadora universitaria de talentos, los voluntarios tenían muy poca suerte en lo que se refería a alas cerradas. De hecho, el último en ser escogido fue Gary Theiler por los Baltimore Colts en la 12da ronda de 1972. Era una gran lucha para Witten, tanto por historia como por su falta de experiencia en la posición.
En el draft de 2003, las cosas se complicaron, ya que en la segunda ronda, habían escogido a cuatro alas cerradas, y ninguno de ellos era Witten. No obstante, vendría la tercera ronda, y los Cowboys tenían el quinto pick. Para Dallas, era una posición que tenían que cubrir, ya que Tony McGee se retiraría la próxima campaña y James Whalen no era una gran garantía para la franquicia.
Para el entrenador de los Cowboys en ese momento, Bill Parcells, vio un gran potencial en Jason, y no dudó por un segundo que él representaba el futuro. Claro está, el agente del joven era Jimmy Sexton, también agente de Parcells. Entre la influencia de Jimmy, junto con el departamento de scouting de Dallas, convirtieron a Witten en la selección número 69 del Draft de 2003.
Gran parte del desarrollo de Witten se debe a que también una franquicia creyó en él, como lo hicieron los Dallas Cowboys. El resto tiene que ver con trabajo duro, y la gran virtud de un entrenador en jefe que le implantó disciplina y refinar sus habilidades.
“Llegando acá, Parcells tenía tantos jugadores en doble posición que me comentó que si quería jugar aquí, no solo tenía que correr en opción Y, también tenía que estar dispuesto a hacer otras cosas”, dijo Witten. “Creo que fue cuando realmente evolucioné como jugador”.
La carrera de Witten en la NFL es sumamente destacada. Lleva 1178 recepciones y 12, 711 yardas en total. Es el segundo histórico en conseguir estos números como ala cerrada, detrás de Tony González. Su sola presencia ayudó en la carrera de Tony Romo y actualmente con Dak Prescott. Ha logrado convertir a ambos Mariscales en participantes del Pro Bowl. No cabe duda que será Salón de la Fama una vez decida retirarse de manera definitiva.
Para Jason Witten, todo cambió en esa práctica de agosto del 2000. A través de su gran esfuerzo ha conseguido el éxito absoluto, y lo mejor de todo, es que aún se encuentra en activo. Por lo que lo veremos ayudando a la ofensiva de los Cowboys en lo que resta de temporada, y seguirá elevando sus números en la NFL. El 82 de Dallas aún tiene mucho para dar.