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Compitiendo por un lugar en el roster: receptores abiertos

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El campamento de entrenamiento de los Cowboys debería iniciar a mediados de julio si la situación actual lo permite. En ese caso, habrá muchas batallas por conseguir ingresar en el roster final que ahora será de 55. A través de una serie de artículos, vamos a analizar el estado de cada uno de los puestos. Hoy: receptores abiertos.

En un puesto en el que los Cowboys están entre los mejores de la NFL, ocurre una situación particular. Los tres titulares están absolutamente claros entre una estrella, un jugador en nivel ascendente y un novato prometedor. Sin embargo, lo que sigue detrás está todo en duda porque hay una gran cantidad de opciones disponibles muy parejas para ocupar las vacantes restantes. El campamento de entrenamiento será determinante para la decisión final.

Lista completa de jugadores disponibles Amari Cooper, Michael Gallup, CeeDee Lamb, Noah Brown, Cedrick Wilson, Devin Smith, Kendrick Rogers, Jon’Vea Johnson, Stephen Guidry, Ventell Bryant, Aaron Parker y Tevin Jones.

Fijas y apuestas muy seguras

Cualquier jugador que firme un contrato equivalente a 100 millones de dólares tiene su lugar en el roster obviamente asegurado. Cooper tendrá seguramente una gran presión para rendir acorde a su precio, aunque también hay que remarcar que se ganó ese dinero dentro del campo desde su llegada a mediados de la temporada 2018.

Aquel intercambio tan criticado con los Raiders por una selección de primera ronda en el draft 2019 benefició enormemente a los Cowboys. Una campaña que estaba destinada al fracaso tuvo un giro radical y se transformó en un título divisional. Intentar competir con un comité de receptores sin ninguna estrella demostró ser un fracaso, pero el cambio llegó a tiempo.

Cooper tuvo 132 recepciones para 1.914 yardas y 14 anotaciones en 25 juegos con Dallas. En su primera temporada completa con la franquicia logró la buena cifra de 79 recepciones, 1.189 yardas y ocho touchdowns. Si el WR consigue más consistencia jugando fuera de casa, podría incluso seguir mejorando sus números.

Gallup es la segunda fija gracias al enorme salto que dio en 2019. Sus estadísticas indican que duplicó sus valores en las categorías más importantes de un receptor abierto. Así es como finalizó con 1.107 yardas y seis recepciones de anotación en 66 atrapadas. Deberá mejorar la seguridad en sus manos teniendo en cuenta que la temporada pasada dejó caer once pases, pero no hay dudas de que va por buen camino.

Lamb es lógicamente el tercer receptor abierto que tiene un puesto en el roster totalmente asegurado. Habrá muchas expectativas en el rendimiento del novato por el enorme potencial que tiene. La posibilidad de alinearse tanto abierto como de slot receiver hará que esté constantemente en el terreno de juego desde la semana 1. Sin embargo, será importante no cargarle tanta presión porque a los WRs suele costarles su primera temporada.

En la burbuja

El resto de los integrantes de este grupo podría ingresar aquí de lo cerrada que es la lucha actualmente. Sin embargo, hay cinco nombres que competirán en igualdad de condiciones. Probablemente serán tres los lugares restantes en este puesto, pero eso aún no está definido por McCarthy. Wilson, Brown, Smith, Bryant y Johnson estarían por delante hoy en día por la experiencia que tienen con respecto a los otros wide receivers.

Smith es el más experimentado con sus 28 años, aunque una sucesión de lesiones hizo que apenas pudiera ser titular en cinco oportunidades. Quien fuera seleccionado por los Jets en la segunda ronda del draft 2015 además pudo estar presente en apenas 18 juegos en su carrera.

La temporada pasada la había iniciado como el cuarto receptor de los Cowboys e incluso tuvo una anotación de 51 yardas, pero perdió su lugar después de la semana 4. El WR podría ser una amenaza para el juego aéreo profundo gracias a su gran velocidad. Sin embargo, su estado de salud será determinante.

Wilson tiene cierta versatilidad en cuanto a las alineaciones en las que puede jugar, pero su punto más fuerte para ganarse un lugar en el roster es que puede ser parte de los equipos especiales. La gran duda está en si puede mantenerse saludable, teniendo en cuenta que estuvo en la lista de lesionados las dos temporadas que lleva como profesional tras ser drafteado en 2018.

Brown es otro de los wide receivers plagado de problemas físicos que actualmente son parte de los Cowboys. Inconvenientes de este tipo hicieron que no pudiera ganarse un lugar tras ser drafteado en la séptima ronda en 2017. Su físico es más cercano al de un ala cerrada que al de un WR, por lo que su habilidad para bloquear podría diferenciarlo del resto. También puede participar en equipos especiales.

Bryant fue un agente libre no drafteado en 2019 que fue firmado por Dallas para el equipo de prácticas luego de ser liberado por los Bengals. Sin embargo, el WR pudo estar en 12 juegos la temporada pasada. Si bien fue mayormente en equipos especiales, tuvo una anotación de 15 yardas ante los Bills en el único pase que le lanzaron en toda la campaña.

Johnson es el último candidato que está en la burbuja esperando por conseguir un puesto en el roster de los Cowboys. El WR era uno de los favoritos del staff en el campamento de entrenamiento del 2019 por su gran velocidad, aunque algunos pases tirados en los juegos de pretemporada borraron sus posibilidades. Se sabía que todavía necesitaba pulir algunas cuestiones, por lo que ahora sí podría estar listo.

Jones podría ser alguien más que está en esta situación porque cuenta con varias cuestiones en común con los otros receptores. Hay que mencionar que tampoco tiene mucha experiencia, ya que recién en la temporada pasada pudo estar en un roster activo a pesar de haber ingresado a la NFL en 2016. El campamento de entrenamiento será fundamental tanto para él como para el resto de los receptores abiertos.

Muy pocas chances

Concluido el draft los Cowboys firmaron a varios novatos que no habían sido seleccionados y tres de ellos fueron wide receviers. Rogers, Parker y Guidry seguramente estarán compitiendo por conseguir un lugar en el equipo de prácticas. Aunque hay que tener en cuenta que el nuevo CBA establece una mayor flexibilidad para subir jugadores al roster activo durante la temporada, por lo que habrá un gran incentivo para todos ellos.

Expectativas del puesto

En este puesto es donde seguramente hay mayor expectativa por todo el potencial que tiene en la teoría. La complementariedad que hay entre las piezas es otro factor que incentiva mucho. Se espera además que la ofensiva utilice aún más el ataque aéreo la próxima temporada a raíz de la contratación de Mike McCarthy como nuevo head coach.

La gran expectativa del puesto es que puedan mejorar en el área en la que más fallaron en 2019. El principal punto débil de los receptores abiertos fue la cantidad de balones tirados que tuvieron los Cowboys. Según lo que indican las estadísticas de Pro Football Focus, Dak Prescott es el mariscal de campo que tuvo el drop rate más alto de la NFL con un 7.2%.

Además hay motivos para ser ambiciosos en cuanto a cifras puntuales que se podrían conseguir. La temporada pasada Dallas pudo superar las 3.000 yardas sumando a su trío de receptores abiertos integrado por Cooper, Gallup y Randall Cobb, por lo que ese sería un valor de referencia. Lamb seguramente podrá aportar un valor similar a las 800 yardas obtenidas por Cobb si logra adaptarse correctamente al nivel de la NFL.

Cooper será obviamente el arma primordial que tendrá Prescott cuando lance el balón, por lo que deberá encontrar la forma de ser más consistente. Luego del contrato de 100 millones que firmó, la presión incluso se incrementará. El WR estará a obligado a demostrar entonces el nivel que tiene jugando en el AT&T Stadium cuando Dallas sea visitante, porque fuera de casa es donde estuvo su falencia más importante.