Con tan solo un año restante en su contrato, de no obtener buenos resultados (entiéndase por buen resultado al menos llegar a finales de conferencia), el puesto de Garrett como entrenador en jefe estará sobre la cuerda floja, si es que no lo está ya, porque su renovación de contrato, al día de hoy, luce improbable.
La buena noticia para Garret es que, a diferencia de las temporadas pasadas, en esta cuenta con un equipo plagado de talento tanto a la defensiva como a la ofensiva y definitivamente el mejor róster que haya tenido la posibilidad de dirigir en los últimos nueve años.
Sí, Garrett ha llevado al equipo a 3 títulos divisionales, y sí, Garrett tiene un récord positivo desde su llegada de 77-59, pero lamentablemente no es suficiente para un equipo de tanta historia y acostumbrado al éxito como lo son los Dallas Cowboys; por ende los fanáticos siguen esperando mucho de él mucho más que una victoria en el juego por el comodín.
No se puede negar que Garrett cuenta con muchas fortalezas; no cualquier entrenador mantiene un récord positivo en la liga por diez años, lo cual es para elogiar.
A diferencia de muchos entrenadores, Jason más que el jefe es un líder; un tipo que le gusta escuchar a sus jugadores y mantenerlos siempre motivados; aplica un estilo de juego muy rudo y además es alguien a quien nunca verás tirando la toalla.
Quizás lo último mencionado sea una de las razones de su mayor debilidad, su falta de adaptación. Garrett es el típico hombre testarudo que quiere hacer las cosas a su manera, a pesar de que no le esté dando resultados, esto se puede ver reflejado tanto en un partido como en la temporada completa, por ejemplo, ese último partido de la temporada pasada ante los Rams donde su planteamiento fue neutralizado por gran parte del encuentro y no tuvo reacción alguna.
En adición a eso, se puede notar que el nacido en Pensilvania es un entrenador mediocre en ciertos aspectos. No maneja bien el reloj, los tiempos muertos o las decisiones situacionales, lo cual es letal en juegos de playoff donde pequeños errores te pueden costar la eliminación y que una temporada de 13-3 se vaya a la basura (véase juego de postemporada ante los Packers en 2016).
En conclusión, esta temporada podría ser la última prueba de Garrett, ¿Podrá el entrenador sacar una buena nota y salvar el año?