El próximo 25 de julio darán inicio los campos de entrenamiento y los Vaqueros llegan repotenciados; arriban al equipo un nuevo coordinador ofensivo y un nuevo coach de quaterbacks, junto con una plantilla casi intacta, afectada por muy pocas ausencias; estarán disponibles 9 de los 11 titulares de la línea ofensiva, e igualmente 9 de 11 titulares de la línea defensiva.
Con un plantel completamente sano, plagado de talento, con adiciones interesantes y quizás la mayor sed de triunfo en toda la liga ¿Por qué los Cowboys no son favoritos a llevarse el título este año?
Muchos parten de la idea de que no se hicieron los movimientos correctos; en el draft no se añadió a un jugador en la primera ronda y tampoco se hizo una contratación millonaria como se esperaba para terminar de solidificar ciertas posiciones, como por ejemplo, la posición de safety con Earl Thomas.
Otros pueden alegar en contra de los Cowboys el hecho de que entran a su 9no año con el mismo entrenador (la segunda tenencia más larga en la historia de la franquicia, solamente superado por los 29 años de Tom Landry), con las mismas ideas que no han llevado al equipo a ganar más de un juego en una postemporada.
O quizás otra razón por la que el equipo de la estrella no arranque esta temporada como favorito es por el simple factor de que los Cowboys no han podido alcanzar las finales de conferencia en los últimos 23 años y no hay razones para que este año sea la diferencia.
Pero lo cierto es que este equipo, a pesar de no haber trascendido en postemporada más allá de la ronda divisional, ha venido haciendo muy bien las cosas. Dejaron récord de 10-6 el año pasado, logrando así su 3era temporada consecutiva con récord positivo y la 4ta en las últimas cinco, a su vez se llevaron la corona de la división NFC Este por segunda vez en tres años y tercera en los últimos cinco; la mejor racha ganadora desde aquellas cinco temporadas consecutivas del 2005 al 2009 donde terminaron todas con récord positivo.
Probablemente sea bueno empezar la campaña sin la presión del favoritismo, pero los jugadores saben que, aunque la mayoría no piense lo mismo, tienen grandes posibilidades de llevarse el Super Bowl a casa, y el entrenador Jason Garret lo tiene claro; en una entrevista el entrenador en jefe habló los objetivos del equipo esta temporada, y más allá de simplemente ganar, hizo mención a otros factores muy importantes:
«Opino que hay que dar muchos pasos en el camino. Nuestro primer objetivo tangible es ganar la división. Quieres empezar ganando la división, luego jugar en los playoffs y todos los diferentes pasos que tienes que dar para tener la oportunidad de jugar en ese juego y ganarlo (refiriéndose al Super Bowl). Pero tenemos muchos más objetivos que van más allá de eso. Algunas metas menos tangibles que tratamos de presentar a nuestro equipo cada día. Tienen mucho que ver con las expectativas que tenemos de nosotros mismos. Lo que los jugadores pueden esperar de nosotros y lo que nosotros esperamos de ellos…»
Se ve un equipo con mucho ánimo y química, razón por la cual es entendible ver a Jason Witten volver del retiro, a Robert Quinn haciendo una reestructuración en su contrato para facilitar la llegada a los Cowboys y a un Amari Cooper sumamente cómodo y feliz desde su llegada, y es que todos quieren ser parte de lo que puede llegar a hacer este equipo esta temporada.
Además, la salida de jugadores esta pretemporada ha sido mínima. Las dos pérdidas considerablemente más llamativas fueron las del receptor Cole Beasley a los Buffalo Bills y el apoyador Damien Wilson quien llegó como agente libre a los Kansas City Chiefs.
Se espera que para esta temporada la defensa siga siendo el punto más alto, al igual que en la anterior. El año pasado, solamente en cuatro ocasiones los Cowboys permitieron más de 23 puntos, en las cuales dos ocasiones tan solo anotaron 24 (derrota ante Seattle y victoria sobre Detroit). Desafortunadamente para Dallas, su peor desempeño defensivo se dio en la derrota de playoffs ante los Rams, donde no sólo perdieron 30-22, sino también permitieron que el equipo de Los Angeles acumulara 273 yardas por tierra.
Pero esta temporada será diferente, lo cual es de esperarse tras la llegada de Kris Richard quien comentó: «Tenemos un estándar que cumplir, pero tenemos que buscar constantemente elevar el listón, elevar nuestro juego todos los días. Todos los días» concluyó Richard, declaraciones que llenan de esperanza a los fanáticos vaqueros.
Y no hay que olvidarse de la ofensiva, que para muchos, es lo más importante en este juego. La llegada de Amari Cooper a mitad de temporada le dio un rostro totalmente distinto a la ofensiva de un equipo que no pudo anotar más de 20 puntos en seis de los primeros ocho juegos, haciendo que el equipo pasara de un récord negativo, a ganar siete de los nueve juegos en que participó y llevarse la división.
Ahora con Cooper una temporada completa y Kellen Moore como nuevo coordinador ofensivo, la línea ofensiva de Dallas luce avasalladora de la mano de otros nombres como Dak Prescott, Michael Gallup, Randall Cobb, Ezekiel Elliott, Zack Martin, Tyron Smith y entre otros.
«Creo que mejoramos como equipo a medida que el año pasado transcurría», dijo Garrett en una declaración. Creo que jugamos como un equipo joven a principios de año: Tuvimos algunos momentos realmente buenos, pero fuimos inconsistentes, tanto en el transcurso del juego como entre semanas. Y creo que mientras la temporada progresaba, empezamos a tener un mejor entendimiento de lo que se necesita hacer para ganar los juegos. Creo que jugamos mejor a la ofensiva a finales de temporada. Amari Cooper fue una gran adición para nosotros en ese sentido. Creo que Dak siguió creciendo y mejorando con los chicos a su alrededor a medida que pasaba el año» concluyó.
Sin duda, el año pasado el equipo vino de menos a más y se espera que el momentum continúe hasta esta temporada. Con toda esta serie de factores pareciera ser suficiente para tener en cuenta a los Cowboys para grandes cosas. ¿Finalmente podrá el equipo realizar la hazaña y acabar con la sequía de 23 años?