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¿Un sólido juego terrestre incrementa el éxito en jugadas de play-action?

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La mayoría puede llegar a pensar que el hecho de contar con un juego terrestre fuerte hace la diferencia al momento de realizar jugadas de play-action. La defensa se enfocará plenamente en el corredor quien posiblemente sea el jugador más explosivo de la ofensiva, dándole así la libertad al QB para realizar un pase perfecto. Tiene sentido ¿No?

Pues la verdad es que (una verdad sustentada por las estadísticas), indican que no existe una relación fuerte entre la tasa de éxito de jugadas play-action y yardas por acarreo; en este sentido, las estadísticas afirman que las jugadas de play-action son eficaces, más allá de cuan bien un equipo corra el ovoide.

No obstante, existe una combinación de factores en la cual el juego terrestre sí tenga una relación directa con el éxito en jugadas de play-action, siendo esta cuando un equipo posee un extraordinario corredor (o cuerpo de corredores), y un mariscal de campo por debajo del promedio.

Esta temporada tenemos el ejemplo perfecto de esto: Los Tennessee Titans.

A pesar de haberse quedado a las puertas del Super Bowl LIV, los Titans tuvieron una temporada 2019 más que remarcable, y estos deben su éxito primordialmente a dos factores: a su corredor Derrick Henry y a las jugadas de play-action.

Con el respeto que se merece Ryan Tannehill, este no es un QB de élite, pero desde que salió de Miami y llegó a Tennesse, sus números han dado un salto de calidad impresionante.

Tannehill promedió 9.6 yardas por intento de pase este 2019, el mejor promedio de la liga y el cuarto mejor de todos los tiempo desde la fusión de la AFL y NFL.

La evolución de Tannehill viene dada por la diferencia en los esquemas de juego de los Titanes donde priorizaban las jugadas de play-action, que le otorgaban varios segundos en la bolsa de protección para que este intentara un pase largo, o en su defecto un pase corto y que el receptor hiciera el resto.

Un esquema que quizás no hubiese tenido tanto éxito, de no haber contado con un corredor de tanta calidad como el ganador del premio Heisman en 2015.

Así que en este sentido, un equipo se podría beneficiar enormemente de las jugadas de play-action.

¿Podrán los Cowboys emular este tipo de juego ofensivo de los Titans con sus propias piezas?