Los Cowboys parecen ser uno de los equipos más impredecibles de la NFL si se hace un repaso de lo que fue la temporada hasta aquí. Sin embargo, da la sensación de que la muestra ya es suficiente para notar algunos patrones. Dallas no le puede ganar a los rivales difíciles. Esa afirmación puede ser muy dura, pero lamentablemente para la franquicia tejana, es difícil de refutar por lo visto en la campaña actual. Porque además ahora comparte récord con los Eagles.
Es muy lógico perder duelos ante adversarios mejor armados. Aunque no es aceptable que un roster que aspira a ser contendiente en los playoffs sea superado en todos y cada uno de ellos. Los Cowboys tienen cinco victorias, pero cuatro de ellas fueron en juegos divisionales. Dallas tiene mucha suerte por compartir segmento con los Eagles y con dos franquicias sin rumbo como los Redskins y los Giants.
Esta cuenta indica que Dallas está ahora 1-4 ante rivales que no son de la NFC Este. Más preocupante aún es este dato cuando se recuerda que ese único triunfo llegó contra los Dolphins. Los Saints, los Packers y los Vikings son tres equipos competitivos y los tres lograron imponerse. Incluso los Jets, que llegaron a ese duelo sin ganar, disfrutaron de un oasis al vencer en New York para luego volver a la mediocridad (este domingo vencieron a los Giants).
Analizando lo que fue el Sunday Night Football, el gran motivo por el que Minnesota se llevó una victoria del AT&T Stadium fue Dalvin Cook. El RB hizo lo que quiso desde la primera jugada hasta la última. Por tierra sumó exactamente 100 yardas en 25 acarreos. Una cifra muy buena que no hace tanta justicia a lo dominante que fue.
Aunque la hoja de la estadística de Cook cuanta con una gran importancia también en el juego aérea. Principalmente a través de pases pantalla, el corredor de los Vikings finalizó con 86 yardas en siete recepciones.
Ahí estuvo la clave del juego. Este gran dominio del corredor hizo que el tiempo de posesión sea completamente desbalanceado en favor del equipo de la NFC Norte. Una de las razones que hizo posible esto fue que los linebackers retrocedieron en su nivel. Tackles importantes errados en la línea de golpeo derivaron en grandes ganancias una vez que se quebraba esa zona.
Otra gran falencia estuvo en un nuevo inicio muy lento. En el primer cuarto los Cowboys ya caían 14-0, una diferencia que pudieron recuperar con un excelente segundo tramo. Para eso fue vital el mejor del equipo en el SNF. En 3ra y 12 en la mitad del terreno, Amari Cooper logró una recepción extraordinaria.
El WR concluyó con once recepciones para 147 yardas y una anotación. Pero esa atrapada mencionada anteriormente no fue la única vez que se quedó con el balón de manera acrobática. Cooper consiguió dos acciones más así, una de ellas en las diagonales para que Dallas pase al frente en el resultado.
Ezekiel Elliott esta vez no pudo ser un factor decisivo. Las 47 yardas terrestres que pudo sumar fueron la segunda cifra más de la temporada para Elliott, que también tuvo un rol protagónico en el final.
A pesar de que Minnesota fue superior en el desarrollo, los Cowboys pudieron haberlo ganado en el minuto decisivo. Luego de una larga serie ofensiva que comenzó en la propia yarda 6, Dallas quedó en la yarda 11 rival. En 2da y 2, Elliott no consiguió nada por tierra. En 3ra y las mismas dos, se optó por insistir por esa vía. Aunque esta vez el RB perdió tres. Entonces era el momento del partido en 4ta y 5. Allí parece que lo que falló fue la selección de jugadas.
En ese contexto, Dak Prescott buscó por aire a Zeke, pero el LB rival Eric Kendricks lo defendió notablemente. Creo que se intentó sorprender a los Vikings lanzándole a alguien clave pero que no había tenido un buen día. Randall Cobb también superó las 100 yardas aéreas y podría haber sido una opción.