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El juego terrestre de los Cowboys empezó a dar de que hablar

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Tony Pollard y Zeke Elliott
(Vernon Bryant / Staff Photographer)

La gran novedad de los dos primeros partidos de esta temporada fue el ataque aéreo. Con Dak Prescott luciéndose con pases profundos, encontrando múltiples receptores contra los Giants y los Redskins. Kellen Moore también recibió muy buenas críticas, acertadas, por la manera en que modificó la selección de jugadas haciéndola algo más impredecible. Sin embargo, ante los Dolphins se volvió a ver la verdadera identidad de este equipo. Esto es correr el balón como primera opción y a partir de ahí generar espacios para los envíos.

La semana pasada ya les había contado que este fue el mejor inicio de temporada de Ezekiel Elliott en su carrera, y frente a Miami consiguió otra gran actuación. Sus estadísticas marcan que no anotó ningún touchdown, pero las 125 yardas que consiguió abrieron el camino para que Dallas comience una temporada 3-0 después de muchos años. Más precisamente, desde 2008 que no lograban esto.

Aunque está claro que ver a Zeke superando las 100 yardas terrestres no es ninguna novedad para los fanáticos de los Cowboys. De hecho, este fue el 23er partido en que lo logra. Teniendo en cuenta que 21 corresponden a temporada regular y dos a playoffs, el récord es abrumador, ya que Dallas está 19-4 cuando esto ocurre (1-1 en postemporada).

Lo que sí resulta novedoso es la presencia de un segundo jugador superando esa cifra en el mismo juego. El otro implicado es obviamente Tony Pollard, quien alcanzó las 103 yardas y anotó por primera vez en su carrera en una muy buena jugada que selló el triunfo. Algo así no ocurría en los Cowboys desde 1998, cuando Emmitt Smith sumó 122 y Chris Warren, 104.

Pero estos no son solamente datos aislados que suenan bien para los estudiosos de las estadísticas, sino que tiene un impacto directo en el juego. Elliott fue siempre una amenaza para los rivales y verlo afuera de la cancha o cansado significó siempre un alivio enorme para ellos. Sin embargo, ahora deberán preocuparse porque otro corredor de buen nivel estará en campo cuando eso pase.

Esto no es solamente un riesgo por lo que Pollard puede hacer con el balón, sino que cada vez que deban frenar a Zeke será a una versión más descansada y fresca de él. En dos de sus tres temporadas se encargó de más de 300 intentos por tierra, aclarando que en 2017 no llegó a ese número simplemente por la suspensión de seis juegos. Viendo todo el daño que hizo con semejante desgaste, imaginen lo que puede llegar a hacer compartiendo acarreos.

Algunos días atrás Zack Martin dijo que la ofensiva de los Cowboys “es como talar un árbol, eventualmente va a caer”, haciendo referencia a las defensivas rivales. Y eso quedó en evidencia contra los Dolphins, ya que en la primera mitad anotó solamente diez puntos, pero durante la segunda parte fue prácticamente imposible para Miami aguantarle el ritmo a Dallas.