Cuando los Cowboys regresen a Santa Clara para enfrentar a los 49ers este domingo, no será un encuentro regular.
Ellos no olvidan. No pueden olvidar.
La última vez que los Cowboys estuvieron en el vestuario de visitantes en el Estadio Levi, la desilusión era palpable. El mariscal de campo, Dak Prescott, fue uno de los últimos en abandonarlo, sentado en una esquina, perdido en sus pensamientos. El juego había terminado.
Jayron Kearse, el safety del equipo, era el que menos consuelo encontraba. Ni el tiempo estándar de relajación concedido a los jugadores tras el partido antes de que los reporteros entraran al vestuario fue suficiente. Kearse se desahogó entre los brazos de un compañero, incapaz de quitarse las hombreras por sí solo. Había golpeado con fuerza la base de su casillero. Todo había terminado.
El 16 de enero, los 49ers de San Francisco dieron fin a la temporada de los Cowboys por segunda vez consecutiva en playoffs. El domingo, el equipo regresa al escenario de su última decepción. Un equipo de 49ers invicto y altamente eficiente está esperando, proponiendo un desafío sobre si esta temporada podría ser diferente.
«Vivimos para jugar en estos tipos de partidos», dijo el entrenador Mike McCarthy. «Soñamos con estos enfrentamientos. No queremos magnificarlo, pero la realidad es que no es solo un juego más».
En el primer encuentro reciente de playoffs, los Cowboys comenzaron flojos, resultando en una derrota en casa 23-17 que cerró su temporada 2021. Luego, su ofensiva falló en Santa Clara, cayendo 19-12.
Kearse mira con claridad este tercer enfrentamiento.
“Significa mucho”, confesó Kearse después de una victoria 38-3 contra los New England Patriots. “Dos años seguidos. No es igual, ya que no son playoffs, pero perder ante ellos dos veces consecutivas es algo que muchos de nosotros queremos enmendar, especialmente aquellos que estuvieron aquí desde el 2021 y vivieron esas derrotas».
Los 49ers son un obstáculo crucial en el camino al Super Bowl. Los Cowboys deben superarlos.
El mariscal de campo, Brock Purdy, ha crecido desde su victoria en playoffs hace nueve meses. Ostenta una calificación de pasador de 115.1, la más alta de la NFL. El domingo completó 20 de 21 pases para 283 yardas y un touchdown en una victoria 35-16 sobre los Arizona Cardinals, rompiendo el récord del equipo de Steve Young con un 95.2% de pases completados.
Las estrellas no se limitan a Purdy. Brandon Aiyuk atrapó seis pases para 148 yardas. Christian McCaffrey lidera la liga en acarreos, mientras que George Kittle, Trent Williams, Deebo Samuel y Kyle Juszczyk son otros nombres notables bajo el mando del entrenador Kyle Shanahan.
Este es el desafío más grande para la defensa de Dallas.
Johnathan Hankins, el nose tackle, dijo: «Siempre es una batalla contra los Niners. Los últimos dos años nos han superado, así que este juego significa más para nosotros que un simple partido de temporada regular. Tenemos que enfrentarlos y vencerlos.»
Los 49ers han anotado al menos 30 puntos en siete juegos consecutivos de temporada regular. Por otro lado, Dallas ha anotado solo cuatro touchdowns en sus últimos 15 intentos en zona roja, una estadística que buscan mejorar frente a una defensiva de 49ers liderada por Nick Bosa, el defensor mejor pagado en la historia de la NFL.
“Este es un partido clave en la NFC», comentó el defensive end de los Cowboys, Micah Parsons. «Ves a equipos como nosotros, Philly y 49ers y sientes que es un juego de playoffs. Será una prueba, un juego intenso. Casi podría considerarse una rivalidad en este punto. Será emocionante».
Kearse lo resume: “Tenemos la oportunidad de corregir un error. Eso es lo que estamos tratando de hacer».
