Si se analiza solamente los puestos de cada uno en sus respectivas conferencias, la conclusión puede ser muy errada. A pesar de que ambos estarían ingresando a postemporada, las realidades son algo distintas. Los Cowboys son actualmente líderes divisionales mientras que los Bills deberían conformarse con clasificar como wild card.
Aunque eso se debe pura y exclusivamente al formato de competencia de la NFL. Dallas es quien manda en la NFC Este con una marca de 6-5. En cambio, Buffalo se debe conformar con un segundo lugar en la AFC Este a pesar de estar 8-3. Los dos equipos cuentan con la ventaja de tener un par de rivales muy flojos como los Giants, los Redskins, los Dolphins y los Jets.
Sin embargo, los Bills deben tienen la mala suerte de compartir división con los Patriots. Así es que clasificar como comodines es el mejor lugar al que pueden aspirar. Todo esto significa que el partido que tendrán los Cowboys este jueves será muy complicado.
La fortaleza principal que tiene está claramente en su defensiva. Esa unidad de los Bills está entre las mejores de la liga. Ocupa el tercer puesto en yardas totales permitidas con un promedio de 288.6 otorgadas por partido. El rubro defensivo más importante los tiene a su vez como uno de los más destacados, ya que los 15.7 puntos por juego otorgados son la marca número tres de la liga.
Una gran confrontación entre ambos ocurrirá cuando el balón sea lanzado por Dak Prescott porque Buffalo también está tercero en yardas concedidas por aire, por lo que el duelo con el mejor ataque aéreo según las estadísticas será muy interesante.
En este punto hay que señalar a un back defensivo que está teniendo una buena temporada. Tre’Davious White lleva cuatro intercepciones esta campaña, la misma cantidad que tiene toda la defensiva de los Cowboys combinada. La más reciente llegó justamente el último fin de semana en el triunfo frente a los Broncos. El esquinero se ubica tercero en toda la NFL en esa categoría.
Aunque para defender bien los ataques aéreos es fundamental presionar al mariscal de campo rival efectivamente. En ese rubro los Bills también están por encima de la media. Las 33 capturas que lograron hasta ahora los ubica séptimos en la liga. Allí, Jordan Phillips es quien está marcando una mayor diferencia con sus siete sacks jugando como tackle defensivo.
En cuanto a la parte ofensiva se puede decir que no es su punto fuerte. Sin embargo, eso no quita que no aprovechen al máximo sus armas. Es cierto que el juego aéreo los ubica en la media de la liga, pero eso se debe en gran medida a que son un equipo principalmente corredor. En esa categoría está quinto, promediando 139.2.
El QB es Josh Allen. Elegido en la séptima colocación global del draft 2018, está teniendo rendimientos muy buenos. A pesar de que pasar el balón es la tarea principal de su puesto, no tiene una gran habilidad en ese sentido. Si los Cowboys logran hacerlo lanzar desde la bolsa de protección, habrá más posibilidades de que Allen falle.
Aunque la defensiva deberá realizar una adaptación con respecto a lo que fue frenar a Tom Brady. Podría decirse que la diferencia que hay entre los dos a la hora de lanzar es similar a la que existe entre ambos en la movilidad. Allen es el tercer QB en yardas conseguidas por tierra, solamente por detrás de dos atletas naturales como Lamar Jackson y Kyler Murray.
Para contrarrestar esto, muchos aconsejan dejar a un espía. Esto es que un linebacker haga una especie de marca personal, enfocándose principalmente en él para que no consiga grandes avances terrestres. Sobre todo, en la zona de gol, porque Allen lleva siete anotaciones terrestres.
Los corredores no se encuentran entre los líderes en las estadísticas tradicionales porque se dividen mucho las oportunidades. Frank Gore pasó a poseer el tercer número más alto de yardas terrestres en la historia de la NFL en el duelo ante los Broncos llegando a las 15.289. Actualmente tiene 541, promediando apenas 3.9.
El rol de Gore suele ser secundario al de Devin Singletary. Este RB acumula 490 yardas por tierra, mediante una muy buena cifra de 5.8 por intento. Aunque también puede lastimar por aire. Allí suma 123 yardas, recordando que estuvo tres juegos afuera por lesión. Este novato llega de su mejor partido al haber conseguido 106 yardas terrestres.
Los receptores no tienen grandes luces, pero sus rendimientos los respaldan. Las cifras que está consiguiendo su principal WR son prácticamente las mismas que las de Cooper. John Brown totaliza 856 yardas en 58 recepciones, incluyendo cinco anotaciones.
En el grupo de receptores de los Bills habrá además un viejo conocido de los Cowboys. Nos referimos a Cole Beasley, alguien con una buena trayectoria en la franquicia tejana. En la presente campaña consiguió 49 recepciones para 525 yardas y cuatro TD, siendo ampliamente el WR secundario. Beasley podría representar un problema importante como slot receiver, sobre todo si los linebackers bajan su nivel y vuelven a ser permeables.
Así es que este será un juego en el que los Cowboys deberán estar muy atentos desde el inicio. Un nuevo comienzo lento podría implicar que los Bills se acomoden anotando rápido. Si eso sucede, Prescott deberá lanzar más ante una buena defensiva aérea. Aparte de esto, Buffalo podría agotar el reloj con el gran juego terrestre que posee.